Generalmente la persona manipuladora tiende a identificarse porque suele generar emociones extremas desde un primer instante, de tal manera que la convivencia con este sujeto casi se anticipa como sumamente complicada y conflictiva.
Suele demandar a aquellos que le rodean que solucionen sus problemas, haciéndoles culpables de ellos, especialmente si no los solucionan o no le ayudan (va de víctima).
Una de las “virtudes” de estas personas es que provocan miedo en aquellos que le llevan la contraria, que no cumplen sus deseos, enfadándose terriblemente con ellos.
Tienden a confundir a los demás porque suele criticar tanto si una persona hace una cosa como si hace la contraria, de forma que se podría decir que nada le parece bien ni correcto.
POR: INDIRA RODRIGUEZ
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